El Nuevo Día: Opinión de Zoe Laboy: https://www.elnuevodia.com/opinion/punto-de-vista/la-campana-politica-que-necesitamos-en-puerto-rico/
Hace unos días tuve la oportunidad de preguntar directamente a representantes de dos campañas políticas de precandidatos a la gobernación si no es hora de dejar a un lado confrontación o “tiraera”, como dicen los jóvenes, para comenzar a presentar propuestas precisas para que los electores puedan tomar decisiones informadas de cara a las primarias y a los comicios generales. La respuesta fue que eso llegará “en su momento”.
¿Por qué representantes de candidatos políticos creen que Puerto Rico debe aceptar como “normal” un período durante el cual la meta es convencernos de no votar por el otro por lo “malo” que puede ser, en lugar de convencernos de que sus candidatos representan las mejores alternativas?
No estoy de acuerdo con iniciar una campaña diciendo lo mal que el otro lo ha hecho. ¿Por qué no resaltar lo diferente y lo mejor que puede hacer un aspirante?
Tampoco estoy de acuerdo con lo que ha pasado con el compañero de papeleta de la hoy comisionada residente y precandidata a la gobernación, Jenniffer González, Elmer Román, quien ha sido uno de tantos puertorriqueños que ponen el nombre de nuestra isla en alto. Desde antes de que anunciara formalmente su aspiración, no faltaron las críticas en su contra.
Aquellos que hemos trabajado para que Puerto Rico se convierta en un estado de Estados Unidos sabemos la reacción de los congresistas cuando tienen frente a ellos a un puertorriqueño que aceptó la responsabilidad de estar dispuesto a dar su vida por defender a Estados Unidos, aunque ni siquiera tiene el derecho a votar por su comandante en jefe.
Mi experiencia es que los puertorriqueños pertenecientes al Ejército de Estados Unidos componen el grupo de “cabilderos” por la igualdad con mayor credibilidad en el Congreso federal. Por lo tanto, se me hace difícil entender por qué el hecho de que Elmer Román sea parte de ese prestigioso cuerpo se utilice como un elemento negativo.
Para que conste en récord, no estoy diciendo que es él quien debe convertirse en el próximo comisionado residente. Primero, lo que estoy planteando es que ser parte del Ejército debe ser un aspecto positivo. En segundo término, como dijo un estadista probado, ¿por qué no los dejan correr y ya? Que sean los electores quienes decidan. Sin embargo, para que la decisión al respecto sea una informada, reafirmo que la “tiraera” no debe tener espacio en el proceso de las campañas políticas. Por ello, mi petición es que desde ya los candidatos asuman la responsabilidad de presentar propuestas al país.
Por lo menos, recién han surgido algunos ejemplos de campañas que entienden que cuando suena el “pito” para comenzar, eso no significa necesariamente tirar lodo al competidor o competidora. Espero que esos ejemplos se mantengan en ese ánimo y que más campañas se unan presentando a un aspirante que explique por qué representa la mejor alternativa para atender los problemas que Puerto Rico enfrenta cuatrienio tras cuatrienio en la salud, la educación, la seguridad pública, la infraestructura y otros asuntos medulares para el bienestar de la población y para nuestra recuperación económica.
¿No hemos dicho que las primarias pueden lastimar tanto que existe el riesgo de que muchos electores se queden en la casa y no voten? Con el ejemplo de lo que hemos visto en semanas recientes, ¿realmente esperan que las heridas sean menos profundas?
No quiero ser una voz en el desierto sobre este asunto tan trascendental para Puerto Rico. Confío en que cada persona que lee esta reflexión, al igual que yo, también desea genuinamente que no se prolonguen las confrontaciones. Pienso que la aspiración de todos es que cesen los señalamientos personalistas y que los candidatos nos respeten lo suficiente, al punto de entender claramente que les daremos el voto de confianza a aquellos aspirantes cuyas propuestas nos convenzan; no a quienes más critiquen a su contrincante.
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