Puerto Rico se encuentra en una encrucijada crítica en su camino hacia la recuperación tras unos catastróficos eventos naturales, el tiempo apremia – “TicToc TicToc”. Estos eventos desastrosos dejaron una estela de destrucción que todavía hoy, años después, sigue presente en el lento proceso de reconstrucción. Un reciente informe de la Oficina de Contraloría General (GAO) arroja luz sobre los desafíos persistentes que enfrenta la isla en su esfuerzo por levantarse entre la burocracia y la esperanza.
Este informe federal revela una realidad muy preocupante a más de 7 años de los acontecimientos. De los $23.4 billones asignados por FEMA para atender las secuelas de estos desastres, solo $1.8 billones se habían gastado al cierre del año fiscal 2023. Esto representa apenas un 8% del total de fondos disponibles, un ritmo de reconstrucción que no solo sorprende, sino que también plantea serias interrogantes sobre la eficiencia en la gestión y asignación de los recursos.
El informe subraya la influencia negativa que ha tenido la inflación en los fondos aprobados para la reconstrucción. Los costos estimados entre 2017 y el presente han aumentado significativamente, al punto de que algunos proyectos ahora podrían requerir el doble de la inversión inicialmente proyectada. Esta espiral de costos amenaza con agotar los fondos antes de que se complete la totalidad de los proyectos necesarios, prolongando así el proceso de reconstrucción por más de una década.
El panorama se complica aún más debido a los problemas globales en la cadena de suministros, que han retrasado la adquisición de equipos y materiales esenciales, pasando de esperas de 6 a 10 meses a demoras de 2 a 3 años. Ante este escenario se ha recomendado la elaboración de un nuevo plan de identificación y evaluación de prioridades. ¿Dónde han quedado los llamados ‘proyectos prioritarios’?
Las estructuras del Gobierno local no tienen tiempo –TicToc TicToc-- tienen que hacer su parte, tienen que lograr la reconstrucción de la infraestructura con urgencia.
Una de las propuestas para mitigar los efectos de los retra`sos en la cadena de suministros incluye la eliminación del arbitrio de inventario a los materiales de construcción, una medida que podría aliviar parcialmente la situación. Sin embargo, queda claro que la reconstrucción de Puerto Rico requiere de soluciones más profundas y estructuradas que aborden no solo los desafíos logísticos y económicos, sino también la necesidad de una gestión más ágil y efectiva de los recursos. Queda demostrado que la burocracia gubernamental no sólo asfixia a los comerciantes de la isla, sino que ha ralentizado la necesaria inversión en la infraestructura.
La lenta reconstrucción de Puerto Rico es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los comerciantes en sus procesos de permisos sin importar el tamaño del negocio. Es crucial que se adopten enfoques más dinámicos y eficientes para asegurar que la reconstrucción no solo avance, sino que también responda efectivamente a las necesidades urgentes de los ciudadanos.
La situación en Puerto Rico es un llamado a la acción para todas las partes involucradas, desde la ciudadanía y las autoridades municipales o estatales hasta las agencias federales, para repensar y rediseñar las estrategias de permisos, reconstrucción e inversión. Tener sólo el 8% de utilización en los fondos federales de reconstrucción de FEMA en 7 años demuestra que las estructuras de Gobierno están desconectadas de la realidad y no comprenden la urgencia del pueblo. “TicToc TicToc” hay que actuar ya y trabajar en las soluciones, la isla merece un futuro construido sobre la base de la eficiencia, la transparencia y, sobre todo, la esperanza de un mañana más prometedor.