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Jaime Fonalledas: “El gobierno necesita grandes cambios estructurales”


En una inusual aparición pública, Fonalledas fue el orador principal ante un grupo de comerciantes, suplidores y dueños de supermercados que participaron de un conversatorio denominado “Encuentro Familiar Econo”, evento que lleva a cabo la principal cadena de supermercados de Puerto Rico.

El empresario Jaime Fonalledas, presidente del conglomerado que agrupa a Plaza Las Américas, Tres Monjitas y Baristas del Caribe, entre otras empresas, hizo un llamado a reformular el gobierno, una encomienda de país en la que el sector privado debe tener su parte. Fonalledas habló cándidamente de lo que entiende debe hacerse para mejorar el clima empresarial en Puerto Rico.

Luego de presentar algunos de los factores que han abonado al éxito de sus múltiples empresas, Fonalledas expresó una necesidad de reformular el gobierno desde sus cimientos.

“El gobierno necesita grandes cambios estructurales, que mejoren las bases de la educación, la salud, la seguridad, para que estas eventualmente, ayuden a crear el ambiente y fomenten la inversión y el crecimiento económico”, afirmó. “Las agencias deben ser más ágiles y efectivas al servicio del bien común”.

No dejó fuera, entonces, la responsabilidad que le adjudicó a la empresa privada de la que forma parte liderando la cartera de centros comerciales más importante de Puerto Rico, la Vaquería Tres Monjitas, otras empresas como Starbucks y Soft Creamy, y otras iniciativas de bienes raíces comerciales.

“La empresa privada tiene la responsabilidad de insertarse en esta enorme encomienda para que los cambios respondan a las necesidades del país”, sentenció.

Su presentación comenzó con un resumen de la historia de su familia, que comenzó en España y que se extendió hasta Hato Rey, donde tenían su casa familiar cerca de donde ahora opera uno de los negocios más exitosos, Vaquería Tres Monjitas.

“Creo que en Puerto Rico tenemos la capacidad de reencontrar la ruta del progreso. Tenemos creatividad, sabemos emprender y reinventarnos. Demostramos fortaleza ante la adversidad y nos levantamos cuando caemos”, expresó.

“Algunos ejemplos de lo que ha hecho nuestro equipo de trabajo son también ejemplo de lo que podemos hacer todos. Se requiere voluntad de cambio, deseo de progreso, espíritu de colaboración y un reconocimiento pleno de cómo nuestras capacidades complementan las del otro para trabajar mejor como un equipo, en lugar de mantenernos trabajando solos”, indicó el abogado.

Resalta labor de Tres Monjitas


El empresario aprovechó su tiempo al micrófono para hablar del proceso que ha encaminado la Vaquería Tres Monjitas al asumir las rutas de recogido y venta de leche ante la huelga que mantiene cerradas las puertas de Suiza Dairy.

“Luego de la emergencia en el sector de la leche fresca, estoy más orgulloso que nunca del excelente equipo que tenemos. Hicieron lo que tenían que hacer, planificando los escenarios más complicados. En todos los casos, pudimos salir adelante con más fortaleza”, aseveró.

“Luego del paso del (huracán) María, reanudamos operaciones en menos de 15 días, y en Tres Monjitas y las fincas al día siguiente porque seguimos siendo ganadores. Los choferes que recogen la leche en la finca, abrieron camino con machete y recogieron escombros para llegar a las fincas para asegurarse que no se interrumpiera el proceso de producción y elaboración”, subrayó Fonalledas.

Aprovechó el tema para hablar entonces de la crisis en la industria lechera y dijo que “luego de la emergencia en el sector de la leche fresca, estoy más orgulloso que nunca del excelente equipo. Hicieron lo que tenían que hacer, planificando los escenarios más complicados y en todos los casos pudimos salir adelante con más fortaleza”.

“Con la emergencia en el sector de la leche fresca, el equipo se creció y se organizaron para recoger leche en todas las fincas, a veces con dos viajes, para producir la mayor cantidad de leche de manera inmediata para llegar a puntos donde antes no teníamos presencia”, agregó. “En apenas tres semanas, estábamos produciendo el 100% de la leche fresca y seguimos haciendo ajuste para ampliar la distribución a puntos de venta más pequeños. Una vez más, con trabajo en equipo, con todos nuestros empleados, con ganadores, clientes, consumidores y representantes de la industria, la tradición de calidad, excelencia y bondad que le damos al sector empresarial tiene que continuar. Me siento orgulloso del equipo de Tres Monjitas”.

Econo busca su propia ruta energética


Mientras, Eduardo Marxuach, presidente de la cadena de supermercados Econo, quien abrió el encuentro elogiando el progreso de los socios dueños del grupo de supermercados, reveló que la cadena podría tener entre una a tres nuevas tiendas entre este año y el próximo.

Además, la empresa busca alternativas energéticas para que su centro de distribución en Canóvanas sea más resiliente a las fallas en el sistema eléctrico.

Marxuach indicó que, al presente, buscan alternativas para independizar el consumo de energía en dicha operación.

“Tenemos tiendas que están instalando energía solar. Es uno de los proyectos grandes que tenemos en la infraestructura del centro de Canóvanas. Vamos a estar en proceso de diseño y empezar construcción este año para poder tener resiliencia fuerte, nos vamos a ir con energía renovable”, dijo en un aparte con El Nuevo Día. EL NUEVO DIA: https://www.elnuevodia.com/negocios/empresas-comercios/notas/el-gobierno-necesita-grandes-cambios-estructurales/ -----------------------------------------------------------------------------------------------

LEE EL DISCURSO ÍNTEGRO: Muy buenas tardes y gracias por la invitación para estar aquí hoy compartiendo con la gran familia de Econo.  Nos unen lazos de amistad y de relación comercial con Tres Monjitas desde hace más de 50 años, cuando Don Johnny Barreto y Don Jaime Huertas eran las personas contacto de una relación que se ha sostenido y solidificado con el tiempo y múltiples circunstancias.  Me honra la invitación del Sr. Eduardo Marxuach, y le agradezco a él y a toda la Junta por esta gentiliza.  Gracias por su patrocinio durante todos estos años y gracias también, porque en las pasadas semanas nos han brindado su apoyo incondicional para que la leche fresca siga llegando a las familias puertorriqueñas. 

Aprovecho este momento para agradecer el apoyo de mi familia, mis hermanas, mis hijos y sobrinos y para reconocer los que están conmigo hoy; mis hijos Zoribel, Blas y Diana y mi sobrino Eduardo.  También me acompañan Luis Defendini, director de Ventas de Tres Monjitas y Lorraine Vissepó, directora de Comunicaciones y Relaciones Públicas de Empresas Fonalledas.  Excuso a mi esposa Zori, a mi hijo Jaime Luis y a Orlando González, Gerente General de Tres Monjitas, que se encuentran fuera de Puerto Rico por compromisos previos.  Siempre están todos muy presentes en mi corazón.

Además de las relaciones de negocio y de amistad que nos unen, nuestros grupos de negocios tienen también muchas similitudes, de las que debemos sentirnos muy orgullosos, que ayudan a la competitividad de ambas organizaciones:

·      Somos empresas familiares netamente puertorriqueñas, que invertimos localmente y aportamos al fortalecimiento social y económico de Puerto Rico, aun cuando las circunstancias del entorno en el que operamos no sean las más favorables para el empresario local; 

·      Somos empresas que surgimos de cero, y que con mucho tesón, visión y esfuerzo nos convertirnos en compañías líderes en las distintas categorías en las que nos desempeñamos;

·      Somos empresas ágiles, que podemos responder a los retos de los negocios con rapidez y efectividad y que reconocemos y compensamos a nuestra gente por su desempeño y resultados.

·      Compartimos valores como la integridad, trabajo en equipo o colaboración y el compromiso social, y esos valores son el crisol mediante el cual miramos las decisiones que tomamos.

·      Compartimos también, la capacidad de adaptación para continuar creciendo y operando en un país que no necesariamente está estructurado para hacer las cosas más fáciles: con una compleja burocracia, con un gobierno enorme, con una infraestructura obsoleta y muy costosa, con leyes que no son compatibles con el fortalecimiento económico del país y con una de las tasas contributivas más altas que hay en todas las jurisdicciones de los Estados Unidos.  A pesar de eso, aquí hay dos ejemplos de grupos empresariales exitosos, que continuamos creciendo y evolucionando porque tenemos unas raíces sólidas, ancladas en el trabajo honesto, en equipos de trabajo comprometidos, en el deseo de brindar estabilidad a nuestras familias y de servir al país desde distintos frentes.

Al invitarme a compartir con ustedes esta tarde me pidieron les hablara de la receta para el éxito de los negocios de nuestro grupo. Para esto me gustaría hacer un breve repaso histórico.

Todo comenzó en el 1837 con el nacimiento de mi abuelo Jaime Fonalledas Garriga, en el pueblo Tossa de Mar, en Cataluña.  Con valentía, arrojo y deseos de prosperar, llegó con su hermano Gerardo a Puerto Rico y establecieron un colmado en el barrio Media Luna de Toa Baja en 1880, hace 144 años.  Una década más tarde, en 1890, Don Jaime compra la Hacienda Santa Elena, donde se establece con su esposa Serafina Córdova y sus hijos: Jerónimo, Rosa, Gerardo y mi padre, Jaime Fonalledas. El patriarca muere en el 1913 y su hijo mayor, Jerónimo, se hace cargo de la familia y los negocios cuando recién regresaba a Puerto Rico luego de estudiar Ingeniería Química Azucarera en la Universidad de Luisiana, en Nueva Orleans.   Cinco años más tarde, en 1918 adquiere la Finca Las Monjas en Hato Rey, dedicada al cultivo de azúcar y una pequeña operación de producción de leche. Con mucha planificación, ingenio, estudios de mercado, sacrificios personales, la valentía de su padre y tío y una muy profunda fe en Dios, ellos establecieron las bases de las empresas que hoy conocemos y que han podido continuar gracias al compromiso y dedicación de las miles de personas que han formado parte de nuestros diversos equipos de trabajo a través del tiempo. Yo nací y me crié corriendo por los campos de la finca Las Monjas.  Soy un jíbaro de Hato Rey y vivíamos en una casa donde hoy es el edificio Torre Chardón.

Llevamos entonces más de 144 años de trayectoria empresarial con una raíz profunda en las agro-empresas y en los bienes raíces comerciales.  A lo largo del tiempo hemos tenido operaciones en el área de la banca, en parques acuáticos con Plaza Acuática, en proyectos de residencias, y continuamos con las operaciones de fincas dedicadas a la producción de leche, la operación completa de Tres Monjitas, donde producimos leche fresca y productos derivados, jugos y bebidas de fruta, tres torres de oficinas, los centros comerciales Plaza Las Américas y Plaza Del Caribe, y dos cadenas de restaurantes de comida rápida que son Soft & Creamy y Starbucks. Nacimos, vivimos e invertimos aquí, en Puerto Rico.

En la invitación que me extendieron para estar con ustedes hoy, me pidieron compartiera cuál ha sido la clave del éxito de nuestro grupo empresarial.  Tengo que destacar dos factores importantes para nuestros negocios que son: la estabilidad y la continuidad en el liderato de las empresas, que ya está en su cuarta generación y nuestro trasfondo histórico agrícola.  Mantener un grupo empresarial bajo una misma visión y liderato, nos ha permitido darles continuidad a los negocios manteniéndonos fieles a los principios sobre los cuales fueron creados. Hemos sabido innovar, cuando ha sido necesario, para mantenernos relevantes y responder a las necesidades cambiantes de los consumidores, sin apartarnos de quiénes somos. En el caso de Tres Monjitas, seguimos fieles a esa visión inicial de producir y servir leche fresca de la más alta calidad.

Por otro lado, el que logra triunfar en la agricultura, puede prosperar en casi cualquier negocio, porque el que sabe servir la tierra, puede servir a toda la humanidad. Más que una manera de ganarse la vida, la agricultura es un estilo de vida. Conozco los sacrificios que hay que hacer y los retos que hay que enfrentar para asegurar unos productos frescos y de la más alta calidad.  Así lo hemos hecho con Vaquería Tres Monjitas por más de 105 años venciendo día a día obstáculos de la naturaleza y numerosos otros retos.  Esas raíces en la agricultura nos ayudan a entender que hay un ciclo para todo, en la vida y en los negocios.  Como dice la Biblia, en Eclesiastés 3: “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace bajo el cielo tiene su tiempo. Un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Un tiempo para plantar y un tiempo para cosechar.  Y hay ocasiones en las que la cosecha no cumple lo prometido y hay que empezar de nuevo”. Con la mentalidad del agricultor podemos enfocar las energías y los recursos del equipo en controlar lo que está en nuestras manos; la calidad de los productos o servicios que ofrecemos, contratando, educando y cultivando al mejor personal disponible.  Debemos también planificar y hacer incisivos estudios del mercado, elaborar una estrategia, invertir con cautela y esperar las ventanas de oportunidad para innovar y emprender.  Tratar de recoger frutos antes de que la semilla haya germinado y esté saludable y fuerte, no nos adelanta nada. ¡Hay que ser pacientes y persistentes! El que sólo espera al fácil “mangó bajito”, cosechará pocos.

En resumen, se requiere una buena planificación, anclada en los valores que caracterizan la organización, que en nuestro caso son; orientación a resultados, mejoramiento continuo, trabajo en equipo, proactividad, servicio al cliente, integridad y responsabilidad social.

La mejor herramienta que tenemos para salir de la difícil situación económica y social del país es la voluntad y creatividad de nuestra gente. En el mundo empresarial debemos empoderar a las personas que forman parte de nuestros equipos y permitirles hacer lo que muy bien saben hacer.  Después de las experiencias recientes vividas con la emergencia en el sector de la leche fresca, con la pandemia y con los huracanes, estoy más orgulloso que nunca de nuestro excelente equipo. Hicieron lo que tenían que hacer antes de que surgieran las emergencias, planificando y anticipando los escenarios más complicados y, en todos los casos, pudimos salir adelante con más fortaleza que antes.  

Luego del paso del huracán María, reiniciamos las operaciones de nuestros centros comerciales en menos de 15 días después del huracán; y en Tres Monjitas y las fincas, al día siguiente.  En las fincas nuestras, porque seguimos siendo ganaderos, nuestros empleados recogieron el techo de la sala de ordeño que se había caído y se pusieron manos a la obra, inmediatamente, colocándolo en su lugar. Nuestros choferes que recogen leche en las fincas de todos los ganaderos abrieron camino con machetes y removieron escombros para poder llegar a sus destinos para que no se interrumpiera el proceso de producción de la leche fresca.

¡Mi más grande orgullo es la mucha gente buena y trabajadora que tenemos en este país!  Más recientemente, con la emergencia en el sector de la leche fresca, una vez más, nuestro equipo se creció y se organizaron para recoger leche en todas las fincas que nos asignaron, a veces con dos viajes diarios; para producir la mayor cantidad de leche posible de forma inmediata, y en poder llegar a todos nuestros clientes y puntos de distribución, incluyendo puntos donde antes no teníamos presencia.  En apenas tres semanas, ya estábamos produciendo el 100% de la leche fresca que necesitaba el mercado y seguimos haciendo ajustes para ampliar la distribución a puntos de venta más pequeños a través de la isla. Una vez más, con trabajo en equipo con todos nuestros empleados, ganaderos, clientes, consumidores y representantes de la industria, pudimos atender este reto monumental.  Demostraron, una vez más, que la tradición de calidad, excelencia y bondad que heredamos de nuestra larga historia empresarial y familiar tiene que continuarse. Me siento muy orgulloso del equipo de Tres Monjitas, lidereado por Orlando González y mi hijo Jaime Luis, quienes llevan más de 15 años laborando mano a mano para que este gran esfuerzo histórico continúe.

No puedo concluir sin hablar sobre la responsabilidad que tenemos aquellas empresas que contamos con el respaldo de los consumidores, de aportar para mejorar aspectos de nuestra sociedad que necesitan nuestro apoyo.  En la fundación Gestos Positivos, que forma parte del grupo de Econo, lo hacen extraordinariamente bien apoyando programas que promueven la educación continua, la agricultura sustentable, la salud integral, el desarrollo autosostenible y apoyando a nuestra gente en momentos de crisis.  Los felicito por asumir esta responsabilidad que tenemos en el sector empresarial de trabajar directamente con el tercer sector para estimular el progreso de nuestro país.

En nuestro caso, en el 1963 mis tíos y mi padre, establecieron la Fundación Fonalledas para formalizar lo que hasta entonces hacía la familia en su carácter individual; ayudar a que los muchachos del barrio y los hijos de los empleados para que terminaran la escuela y fueran a la universidad; apoyar al sacerdote para construir una parroquia para brindar un oasis de esperanza y de fe en una comunidad; llevar leche fresca a comunidades necesitadas y muchas otras formas de ayuda para atender una situación aislada y temporera. Yo tenía un amigo, otro jíbaro como yo, el Cardenal Luis Aponte Martinez, que le decía siempre a su gente: “el que no sirve bien a Dios y a los demás, NO SIRVE”. Ese deseo de ayudar y servir a los demás continuó evolucionando y dejó de ser una atención a una necesidad temporera para convertirse en un esfuerzo continuo para provocar cambios a largo plazo, particularmente con becas educativas, que continúan hasta el día de hoy.  A las dos generaciones que me antecedieron, a la mía y a la de mis hermanas, y a la de mis hijos y sobrinos, nos ha motivado y continúa motivando el deseo de ayudar a nuestra gente. Queremos provocar un cambio positivo en la educación, arte y cultura, salud, emprendimiento y medio ambiente.  Es por esto por lo que surgen las Fundaciones Plaza Las Américas y Plaza Del Caribe y eventualmente, el Programa Mano Amiga.

Los cambios a los que aspiramos sólo son posibles con liderato, compromiso y la visión de organizaciones sin fines de lucro de toda la isla, quienes trabajan día a día directamente con la gente, adelantando el progreso de muchas comunidades.  Son ellas las que conocen sus verdaderas necesidades y desarrollan programas efectivos para solucionarlos.  Son ellas la primera línea de respuesta en momentos de necesidad y el mejor aliado que tiene el país en todo momento. 

Vemos nuestra labor en las Fundaciones Plaza Las Américas y Plaza Del Caribe como un recurso, una mano amiga, para que puedan las entidades sin fines de lucro con resultados concreto y medibles, puedan continuar su labor y cerrar las brechas que nos impiden llegar a nuestro máximo potencial de servicios directos a la gente.  Admiro el trabajo realizado por el efectivo liderato de las organizaciones seleccionadas por el Programa Mano Amiga. En los pasados 8 años hemos concretado una inversión social significativa, en programas que han impactado alrededor de 380,000 personas de todo Puerto Rico.

 Creo firmemente que en Puerto Rico tenemos la capacidad de re-encontrar la ruta del progreso y la prosperidad que hemos podido encausar en otros momentos de nuestra historia. Tenemos creatividad, sabemos emprender y reinventarnos, demostramos fortaleza ante la adversidad y nos levantamos cuando caemos en ocasiones. Algunos de los ejemplos que les he compartido hoy, de lo que han hecho nuestros equipos en momentos de retos, son también ejemplos de lo que podemos hacer como país. Se requiere voluntad de cambio, deseos de progreso, espíritu de colaboración y un reconocimiento pleno de cómo nuestras capacidades complementan las del otro para emprender mejor como equipo, en lugar de mantenernos trabajando solos.

El gobierno necesita grandes cambios estructurales que mejoren las bases de nuestra sociedad; la educación, la salud y la seguridad, para que estas eventualmente ayuden a crear el ambiente que fomente la inversión y el crecimiento económico. Las agencias deben ser más ágiles y efectivas al servicio del bien común. La empresa privada tiene la responsabilidad de insertarse en esa enorme encomienda para que esos cambios respondan a las importantes necesidades del país.  Sé que la empresa privada local está lista para participar de las conversaciones necesarias para provocar los cambios que nos permitan la recuperación económica, porque lo hacemos todos los días, en nuestros negocios.

 Vivo muy orgulloso de tanta gente buena con principios y valores que han guiado nuestros pasos y han permitido la continuidad y estabilidad de nuestras empresas de generación en generación: con amor y dedicación a la familia, a nuestra gente y a Puerto Rico, trabajando de forma íntegra y honrada, con mucho respeto hacia uno mismo y hacia el prójimo, y sobre todo con una profunda fe en Dios. Sigamos creciendo juntos, en ambas empresas, sobre estas raíces firmes para que las obras que hemos construido sigan dando frutos por muchos años más.  ¡Que Dios siga bendiciendo a la gran familia de Econo y que siga bendiciendo a todo Puerto Rico! -JAIME FONALLEDAS

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